Hace mucho que no escribo, tal vez ya perdí el toque… pero lo que realmente importa aquí es que necesitaba desahogarme en algún lugar, y que mejor que mi fría pesadilla para esto.
Parte de algo que escribí, cuando pueda traspasar a letras lo que mi mente aun retiene, pondré su otra parte, pero creo que es obvia la razón y el sentimiento que se transmite aquí.
" Todos los días se miraba en el espejo, le encantaba lo que veía allí ya que opuesto a lo que muchos podrían creer no era ella misma sino mas bien otra, una opuesta pero igual que le llamaba la atención enormemente.
Día tras día hacia lo mismo, se sentaba allí largas horas a conversar con ella, la había transformado en alguien sumamente importante en su vida.
Extrañamente esperaba ansiosa que el sol se ocultara, ya que sus conversaciones fluían de mejor manera por las noches.
Conocía sus virtudes y defectos, aquello que la hacia reír y llorar, lo que le gustaba y lo que no… incluso podía jactarse de ser una de las pocas personas que la conocían así.
Todo era realmente lindo y entretenido a su lado, hasta que cometió un gravísimo error.
Un día como cualquier otro, se aburrió de verla a través del espejo y la invito a salir de allí.
Su amiga, aceptó la invitación y luego de mucho esfuerzo logro salir.
Por fin y luego de muchos años se tenían frente a frente, ahora sí podrían realizar todos aquellos sueños y anhelos que antes se habían trazado.
Pero el tiempo paso, y el gusto que sentía su opuesta por esas largas conversaciones comenzó a desaparecer. Ya no importaba cuantas bromas o chistes tontos le contara la niña, la otra ya no reía como antes.
Apenada y con el corazón en un hilo decidió no retroceder, jamás se daría por vencida tan fácilmente a sí que continuo buscando mil formas de llamar su atención, hasta que un día ya nada sirvió.
Agotada y casi sin energías comenzó a llorar, y a pesar de que se encontraba frente a la otra esta no hizo nada para detenerla.
Busco nuevamente el espejo, tal vez si saltaba dentro de el todo volvería a la normalidad, pero lo que se encontró acabo con sus esperanzas.
Millones de pesados de vidrios esparcidos por toda la habitación.
¿En qué momento se había roto? ¿Y qué podía hacer ella para repararlo?
Se acerco y tomo uno de los pedazos, y por extraño que pareciera su reflejo seguía allí, pero esta vez era ella, con su mismo cabello y facciones, no una opuesta pero a la vez igual.
Las lágrimas no dejaban de caer, sentía como si alguien le estuviera arrancando poco a poco algo del pecho dejando nada más que el vacio.
Cerró los ojos con fuerza como queriendo despertar de aquel mal sueño, pero nada cambio. Respiro hondo y avanzo hasta su compañera y con una sonrisa se despidió.
No era una adiós para siempre, por que de seguro la volvería a ver, pero si era una despedida a todo aquello que antes había vivido.
Ya nada sería como antes, el hilo rojo había sido cortado y aun que lo atasen de mil formas se volvería a romper una y otra vez.
La quería, más de lo que cualquiera se imaginaba, pero los intentos habían sido en vano.
Abrió las ventanas y poco a poco vio como el reflejo comenzó a desaparecer, dejando nada más que frio y un vacio que le costaría volver a llenar."
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