viernes, 9 de julio de 2010

Crazy Freunde I

El verano apenas comenzaba, pero el sol y el calor que este irradiaba, no le dejaba descansar.
Aburrida de ver todos los días lo mismo, la pequeña Lieblos decidió escaparse de la cabaña a la cual sus padres la habían llevado.
No era que no le gustara estar en aquel lugar, pero luego de pasar más de cinco años visitando el mismo sitio, ya nada le entretenía.
A si que por ello, decidió que durante la noche, seria el momento indicado para visitar de una vez por todas aquel espeso bosque que tanta curiosidad le causaba.
Muchas veces había intentando convencer a su madre y o padre que la llevaran a verlo, mas la respuesta siempre era la misma.

- “No, es un lugar muy peligroso para niñas de apenas quince años.”

Por ello, hoy ya no les haría caso y simplemente lo visitaría.
Las horas pasaban, y Lieblos no podía esperar más…
Las doce, esa iba a ser su señal.
Aquella tarde decidió “acostarse” temprano, con la falsa escusa de sentirse mal, sus padres, como ya era usual, se retiraron media hora antes del tope, lo que le daba el tiempo justo para su gran salida.
La hora ya había llegado, y sin esperar unos minutos mas, la chica se escabullo por una de las ventanas, no sin antes asegurarse de que sus padres durmieran y a su vez de tomar aquello que necesitaría en su viaje.
La noche era realmente hermosa, las estrellas iluminaban su camino a cada paso que daba, y el viento que tradicionalmente calaba hasta los huesos, no se había hecho presente.
Sumergida en sus pensamientos Lieblos se interno en el oscuro bosque, guiada solamente por la luz de su linterna.
Tenía miedo, pero aquello no la iba a detener, siempre había esperado este momento como para ahora rendirse tan fácilmente.
Ya habían transcurrido diez minutos desde que ella había empezado a caminar, y su vista apenas se comenzaba a acostumbrar a la oscuridad.
Intento voltearse, para divisar el camino por el cual había entrado, pero aquel ya no estaba.
Cuando decidió continuar con su recorrido, noto como a lo lejos, y sobre un árbol, un cuervo de mediana estatura, la observaba.
Asustada intento, retroceder, más solo logro tropezar y caer al piso.
El cuervo, sin poder evitarlo, soltó una sonora “carcajada”.

- No te rías de mí.

Le ordeno Lieblos.
El cuervo, estiro sus alas y voló junto a la niña.
La observo uno segundos y casi como si pudiera esbozar una sonrisa le pregunto.

- ¿Quien eres?

Asombrada, no sabia que responder.
Era la primera vez que un animal le hablaba.

- Lieblos. . .
Susurro asustada.

- Como es posible que un animal me hable. . .

Comento al aire.

- ¡¡Oye!!

Le grito el cuervo.

- yo no soy cualquier animal.
- Mi nombre es Liebe.
- Oh. . . Discúlpeme señor cuervo.
- Pero eso no explica que Ud. pueda hablarme.
- Pues. . .
- Como explicártelo. . .
- Este es un bosque muy extraño pequeña. . .
- Aquí es normal que los animales hablen. . .
- Pero. . .
- No te confíes, que no solo existimos nosotros, aquí puedes encontrar de todo.
- De… ¿todo?

Pregunto temerosa.

- Si, de todo.
- Y ahora dime, ¿que haces aquí?

El cuervo, que había permanecido inmóvil, mirando a la chica desde el suelo, ahora revoloteo y se poso en el hombro de ella.

- Me escape.

Respondió feliz.

- Estas perdida, ¿no?

Le volvió a preguntar.

- Algo así. . .
- Solo quiero ver que más hay en este bosque.

Le respondió mirando al cielo, del cual poco se podía apreciar, ya que la inmensidad de los árboles lo cubría casi por completo.

- Pues…
- ¡¡¡Vamos!!!
- Yo te acompañare.
- Así me aseguro de que ningún otro ser te valla a hacer algo. . .

Sorprendida antes estas ultimas palabras, la pequeña fijo su mirada en su nuevo amigo.
- Esta bien, supongo…

Susurro, para luego seguir con el recorrido.
Las horas pasaron, y Lieblos se dio cuenta de algo que la había mantenido callada durante todo el trayecto.
Descubrió como Liebe, el cuervo, se parecía; no, era igual a alguien muy importante para ella.
Su hermano…
Bueno, no es que lo fuera realmente, la verdad es que ella le había denominado así, ya que la palabra amigo se había vuelto pequeña como para describirlo.
Le quería tanto como decir que el era realmente su hermano, y ahora, en este extraño viaje, había conocido a un ser que se le parecía bastante…
Tan sumergida estaba en esos pensamientos, que no noto como el camino que ambos seguían comenzaba a acabarse, la tierra de apoco se había vuelto barro, y a los lejos podía escucharse claramente el correr de las aguas.

- ¡¡Detente!!

Aquello la había echo salirse de su ensimismamiento.

- ¿Que sucede?

Le pregunto asustada.

- Escucha

Fue la respuesta de Liebe.
Guardo silencio por unos instantes y escucho aquello a lo que se refería su acompañante.
Un susurro, que provenía de la nada.

- ¿Que hacen aquí?

Se escucho más de cerca.

- ¿Están perdidos?

Se volvió a escuchar antes de que ellos pudieran responder.
Ambos, exaltados por la vos, se voltearon a ver en todos lados, pero nada encontraron.

- Quien e. . .

No pudo terminar de preguntar, cuando, desde lo alto de un árbol se dejo caer suave y agraciadamente una joven de larga cabellera rubia.
Ella se posiciono enfrente de ambos y los observo detenidamente.

- Soy Weisheit, princesa del fuego y reina de este bosque.

Hablo antes de que cualquiera pudiera siquiera salir de su asombro.
Su vos era fría, pero el azul de sus ojos reflejaba una gran ternura y amabilidad.

- ¿No responderán a mis preguntas?

Consulto sonriente.

- Yo, soy Lieblos. . .

Respondió un poco asustada.

- Y yo soy Liebe.

Argumento su acompañante.

- ¿Que hacen aquí?

Volvió a preguntar.

- Yo. . .

Comenzó Lieblos.

- Decidí investigar este bosque, y pues…
- Nos perdimos.
- Concluyo Liebe.

Weisheit, al escuchar esto, solo levanto una ceja y suspiro cansada.

- Yo, les puedo ayudar.

Más que una oferta, aquello les parecía una orden.
Una orden que estaban dispuesto a aceptar.

- Pero antes, deberán ayudarme a rescatar algo que me ha sido robado.

Agrego.

- ¿Que cosa?
- ¿Que cosa?

Preguntaron al unísono.

- Luego lo sabrán.
- Ahora lo importante es que necesito su ayuda para encontrarle.
- ¿A quien?

Las preguntas en la cabeza de Lieblos no la dejaban tranquila.
Quería saber que era eso que debían buscar y quien se lo había robado.

- A la marioneta de los ojos tristes…

Respondió la joven con un leve toque de tristeza en su voz.

4 comentarios:

  1. eeeee
    que escribo?
    aa sipos
    como que lo había leido
    asi onda..lo tipie xDD

    esta buena ^^
    me ha gustado
    y ya sabes tu lo dificil ke es ke me guste algo xD
    asi ke siguelo pos :P

    Ja Ne !

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  2. me gusto *o*, sale mi marioneta , podrán encontrarla??, esta muy bien escondida jojojojojo (Joss ríe malvadamente xD)

    te re quiero pili =)

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  3. Me gusta!!!! mucho ^^

    y porq sale la joss??? ¬¬ (Hum de celos) XD

    Me encantó... espero leer pronto la continuación de la historia. Besos te quiero

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